Solo con un beso comenzará el
final de nuestra historia. Un sello para todo lo vivido, como si se tratase de
poner punto final a una larga oración. Sentir sus labios una vez más, solo eso
pido. Un último contacto, donde no pueda evitar que broten las lágrimas, pese
al fuerte deseo de no dejarlas surcar mis mejillas. Un beso que exprese cuánto
amor profeso, y qué tanto quedará flotando en el vacío, perdido entre muchas más
relaciones fracasadas.
Y porque me tocó vivirlo así, intenso,
romántico, apasionante, aventurado y de locura, como se deberían vivir todos
los amores. Es necesario disfrutarlo al máximo, como si tuvieras la completa
certeza de que mañana acabará, porque la vida no es un borrador que te dará la oportunidad
de pasar a limpio todos tus errores. Amar es lo más grandioso del mundo, pero
también lo que más corazones rotos ha dejado en el camino. Si decides no amar,
es peor que haber fracasado, porque el hombre necesita ese sentimiento de dar
todo por esa otra persona, sin cohibirse, sin miedo a perderlo todo, sin temor
a estar dando más de lo debido. Amar como si el mundo se acabara mañana.