jueves, 12 de marzo de 2009

Una Vieja Pianista

Veo como vives cada día con una rutina impresionante, siguiendo los pasos iguales todo los días. Eres la mujer que en un tiempo tuvo valor, coraje, persistencia para seguir en la vida con la frente en alto, pero ahora traes un pantalón algo desgastado, una camiseta de color marrón que opaca tu semblante, tu cabello despeinado, tu piel pálida por la falta de sol, ya no eres la joven y bella mujer, los años han pasado y traes unos anteojos con una montura muy antigua, que no explica como sigues observando todo con claridad ya que están vencidos desde hace mucho tiempo.

Ahora estas en esa casa colonial, de puertas grandes, madera vieja, paredes altas y desteñidas; ya no sabes si llevas días, semanas o hasta meses sin ver el sol. Hace algunos años eras la pianista mejor vestida, con los cabellos brillantes, lisos y bien peinados. Cuando terminabas una tocada, escuchabas a tu alrededor como una multitud soltaba sus aplausos para halagarte y tenias la sensación de ser la mejor, y en realidad lo eras. Pero te equivocaste a pensar que la fama, halagos, servicios, admiradores y cientos de amigos a tu disposición, los tendrías todo el tiempo detrás de ti, pero la vida te dio una mala jugada y perdiste todo lo que tenias, incluso tu esposo que estaba a tu lado por la gran cantidad de dinero que tenias. Todo se vino abajo sin cesar, sin darte cuenta.

Estas ahora casi dormida, intentando olvidar, culparte por lo que el destino tenia escrito para ti, pero despiertas inesperadamente y te pones cómoda para tocar nuevamente tu melodía preferida, en ese piano de segunda mano, desgastado y polvoriento.

Deigar Miranda

4 comentarios:

  1. Deigar; me gusto mucho el contenido de tu viaje en el cuento. A mi entender mejoraría mucho más el relato si en vez de usar comas usas puntos seguidos. Le darían más fluidez y tránsito a la historia. Los puntos separan ideas, formas, y contenidos.

    Un abrazo,

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  2. Al final, solo le queda su melodía...
    Bonito.
    Un beso.

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  3. Me encantó tu relato. Las cosas pueden cambiar de repente, y es sólo entonces que sabes quién de verdad te quiere por lo que eres y no por lo que tienes.

    Un abrazo*

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  4. La vida siempre da muchas vueltas, a veces estas arriba y muchas otras abajo.

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