lunes, 24 de agosto de 2009

Laura

Laura aunque no es completamente feliz de esa manera, lo soporta y esto también la relaja. Fue a que su psicólogo, pero éste no logró hacer nada para ayudarla. Nadie la puede ayudar; sólo ella. Compra todo lo necesario, tiene un descaro que nadie imaginaría. Quiere liberarse de todo eso, pero se le hace imposible. Es una manera en que se transporta del mundo, a otra realidad, donde no existen sus problemas y vive ella nada más. Intenté ayudarla un par de veces, pero lo que hizo fue darme una bofetada. Desde ese momento no me acerqué más a ella. Es el destino que eligió, y nadie en su entorno lo puede cambiar. Laura lo define como una manera de sentirse viva, de que le presten atención. Es la manera en que se libera. Tal vez más de las personas que creemos, sufren de la auto-mutilación.

martes, 18 de agosto de 2009

¿Amar?

La habitación estaba entre sombras, Francisco sólo descansaba mientras observada y detallaba el techo. Marina dormía apoyada sobre su pecho. El sudor corría por ambos cuerpos. El sexo había estado salvaje. Tenían 3 años estando juntos, aunque no casados. Ella tenía 35 y él 40. Sus encuentros eran apasionantes y llenos de deseo. Ella lo seguía amando con locura, mientras él solo disfrutaba el momento. El hermoso y conservado cuerpo de Marina estaba lleno de moretones y golpes, además del silencio y el temor que lo recorría. Ella aún conservaba las primeras cartas que él le envío, las primeras rosas rojas que también le llevó, pero todo cambió y ella de esa manera lo aceptó. Ella simulaba dormir, pero junto a él eso jamás era posible. Marina soñaba con un nuevo, un nuevo amanecer donde el trato fuera especial, esperaba cada día poder reír junto a él. Pero Francisco acostumbraba a excitarse de una manera brutal y grotesca.

miércoles, 5 de agosto de 2009

Amargo

Sirly escuchaba el crujir de las botas al pisar el piso de madera. Estaba escondida bajo la cama, se encontraba sola, desamparada, sin que nadie la pudiera defender. Abrazaba fuertemente su vieja y sucia muñeca de trapo, era su única aliada y amiga. Sus dientes superiores chocaban con los inferiores; estaba temblando. Tomaba el delantal de su vestido azul claro, y se lo llevaba al rostro para secarse las lágrimas. Tenía el cabello despeinado. Sus hermosos ojos verdes, habían pasado a convertirse en unos de color oscuro, que reflejaban una mirada funebre, llena de cansancio, odio, temor, rabia, injusticia, impotencia. Tenía los sentimientos y el corazón lleno de heridas profundas. El sonido de las pisadas, se escuchaban cada vez más cerca, la sombra se acercaba. El piso estaba sucio, y ella no pudo evitar estornudar. Ahora era la figura de un hombre la que se asomaba por debajo de la cama. Sirly gritó fuertemente cuando éste la tomó por el cabello.

Su padrastro venia nuevamente para abusar de ella…

lunes, 3 de agosto de 2009

Culpable

Suspiré una y otra vez. Y aunque lo hiciera mil veces, no lograría despejar mi mente. Mi mente, la cual estaba sumida en un abismo lleno de culpas y venganza. Quería y logré vengarme, una venganza que por más satisfactoria que pareció al momento, luego se había convertido en un vacio en mi interior. Las manos me temblaban. La cabeza me dolía fuertemente, mis pensamientos estaban inmersos en otro mundo. El sudor frió corría por mi frente, y yo trataba disimuladamente de que cediera, pero se me hacia imposible. Tenía la boca seca, sin saliva. Mis labios parecían las grietas de esas paredes antiguas, de las casas coloniales. Los bellos de los brazos y la espalda, estaban erizados, y realmente hacia un calor infernal.

- ¿Me podría explicar como apareció esa mujer enterrada en su jardín? – el oficial formuló esa interrogante con un tono de completo acoso